¿Por qué no se debe permitir a los niños ingerir alcohol?

 El alcohol etílico es una substancia contenida en ciertas bebidas llamadas "alcohólicas" como: la cerveza, la sidra, el vino, el brandy, el ron, el whisky, el vodka, los licores, etc.

Es el único alcohol que puede ser ingerido a diferencia de otros como el metílico o el isopropílico los cuales si se ingieren pueden ser peligrosos ya que son tóxicos (venenosos).

Al entrar al organismo y digerirse, el alcohol etílico se oxida y se transforma en acetaldehído, el cual es el verdadero responsable de la sensación de ebriedad y de resaca al día siguiente. Esta sensación cesa una vez que el hígado haya filtrado todo el acetaldehído presente en el organismo (una onza por hora) y luego de una segunda oxidación se haya transformado en ácido acético, que igualmente se excreta por el hígado.

Por su parte, el organismo de un adulto puede tolerar mejor este proceso porque ya los órganos están totalmente formados y maduros, cosa que no sucede en el organismo de un niño. Esto explica el por qué no se le debe brindar alcohol a un niño hasta que no tenga al menos 18 años de edad, ya que es mucho más susceptible a sufrir los efectos del alcohol transformado en acetaldehído con menos cantidad. Sin embargo, suele ser costumbre especialmente en tiempos de Navidad brindar a los niños un poco de alguna bebida alcohólica como vino o Ponche Crema.