¿Por qué hay que reemplazar las lentes de contacto anualmente?
Las lentes de contacto (llamadas también lentillas o pupilentes) son unas lentes que se introducen dentro del globo ocular (de allí su nombre) sin necesidad de usar una montura.
Si bien algunas suelen ser de uso cosmético, la mayoría son para corrección visual. En efecto, son las más recomendadas en caso de alta miopía (más de -6,00 dioptrías).
Sin embargo, el uso de las mismas requiere ser muy cuidadoso:
- Todos los días deben limpiarse y desinfectarse con líquidos especialmente formulados para ese propósito. Nunca deben usarse líquidos como agua oxigenada, alcohol isopropílico, agua destilada, etc.; porque no desinfectan y pueden dañar las lentes. Muchísimo menos debe usarse agua del chorro ni saliva, eso las puede contaminar.
- Semanalmente deben colocarse en una solución de limpieza enzimática (viene en tabletas efervescentes) para remover los depósitos de proteína que se acumulan y que no se eliminan con la limpieza diaria.
- No deben usarse en caso de infecciones oculares como conjuntivitis o en ambientes muy polvorientos.
- Si bien no se recomienda usarlas en el mar o la piscina, sí es posible usarlas pero debe tenerse cuidado de protegerlas con antiparras especiales de natación o con una máscara de submarinismo.
- Cada 6 meses debe llevarse a limpieza profesional para remover los depósitos más rebeldes.
Es también importante acotar que los líquidos de limpieza para lentes de contacto suelen ser bastante costosos y algunos de ellos pueden ocasionar reacciones alérgicas en algunas personas, motivo por el cual deben usarse líquidos hipoalergénicos.
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